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miércoles, 2 de diciembre de 2009

CELOS


Los celos son crueles, me lo decían pero yo los ignoraba siempre, hasta que te conocí un día.
No dejaba que ninguna mujer te mirara por que yo me afligía, estos celos malditos, con ellos yo no podía, quería encerrarte entre cuatro paredes para que nadie te mirara, por que los celos me destruían tan solo cuando alguien te veía.
Los celos son crueles, me decían pero yo los ignoraba siempre, hasta que te conocí un día.

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SETIEMBRE DEL 88

Septiembre de 1988, Buenos Aires, Argentina, Querido amigo: Recibí tu carta de Italia y me alegra mucho saber que, que todo está bien. Aquí la cosa sigue igual, no es tan transparente. La crisis se pasea por las calles y la tristeza del pueblo es como un barco que no llega a destino. ¡No sé que pasó! ¡No sé cómo fue! Pero no te vuelvas, te diré por qué: Si vieras que triste que está la Argentina, tiene la mirada de los caminantes que ya no caminan. Se muere de pena por tanta mentira, de tanta promesa por nadie cumplida. Si vieras sus calles que tanto reían ya no son las mismas. Si vieras que triste que está la Argentina, tiene la nostalgia de aquellos amantes que nunca se olvidan. La hicieron de goma, parece mentira. La gente se escapa pero no hay salida. Y hasta los gorriones, de tanta tristeza, se fueron de gira. Septiembre de 1988, Buenos Aires, Argentina, Querido amigo: Se me acaba de volcar el mate sobre la carta que te iba mandar. Por eso te vuelvo a escribir. Me alegra mucho saber que te va bien. Aquí la cosa sigue igual. Pero, de una manera u otra, vamos a salir adelante. Hay algo que no se debe perder nunca, y es la esperanza. Si vieras que linda que está la Argentina, tiene la mirada de la primer novia que nunca se olvida. Desde los balcones llueven las glicinas y a pesar de todo, camina y camina. Si vieras de nuevo que linda y que grande que está mi Argentina. Buenos Aires sigue llena de gorriones, hay nuevos poetas que escriben sus tangos y hay nuevos cantores. Y sigue teniendo la vieja locura que al doblar la esquina haya una aventura. Ya ves, sigue viva y, a pesar de todo, llena de ternura. Si acaso te encuentras con otro emigrante decile que vuelva, que pronto seremos mejores que antes. Que todo fue culpa de cuatro atorrantes, que sólo lograran que el pueblo no cante Volvé cuando quieras que juntos podremos salir adelante.